Como detectar los problemas de aprendizaje

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La vida escolar es una parte importante en la vida de un niño. Del estado de salud, de la estructura de su personalidad y del ambiente va a depender que puedan lograr una buena adaptación a la escuela. Por ello se deben considerar los factores que influyen en las dificultades de aprendizaje, y a la menor sospecha consultar con el especialista adecuado. La detección precoz es fundamental.

Nos encontraremos ante un problema de aprendizaje cuando exista alguna dificultad en las áreas de la visión, audición, habla, lectura, escritura, cálculo, razonamiento, atención o psicomotricidad, sobre las que se basan las habilidades necesarias para poder leer, escribir, comprender y realizar todas las tareas escolares.

Problemas de Aprendizaje:

  • Cognitivos (pensamiento/razonamiento, concentración/atención y memoria).
  • Afectivo-sociales y emocionales (actitud, motivación, voluntad y habilidades sociales).
  • Ambientales
  • Factores madurativos evolutivos

Es muy importante identificar y diagnosticar correctamente las dificultades que presenten los niños con problemas de aprendizaje, ya que entorpecen su labor escolar, sintiéndose angustiados y fracasados por su bajo rendimiento en las aulas. Estas dificultades interfieren en los aprendizajes posteriores a los que el niño estará expuesto, y en algunos casos serán irreversibles en la formación del concepto de sí mismo y de su autoestima.

Síntomas o señales de alerta:

  • El niño es muy inquieto – Se mueve mucho físicamente.
  • Es disperso – No puede concentrarse.
  • No sigue instrucciones correctamente.
  • Poca habilidad para procesar la información.
  • Es impulsivo – Trabaja rápida e impulsivamente y no termina, y/o comete muchos errores.
  • Es lento – Trabaja lentamente y no termina.
  • Dificultades de memorización.
  • Tiene deficiencias en el lenguaje.
  • Lee mal – Invierte o se salta letras y palabras.
  • Escribe mal – Invierte o se salta letras y palabras.
  • Dificultades de comprensión oral y/o escrita.
  • Tiene algún déficit en la motricidad gruesa o fina.
  • Muestra dificultad en el razonamiento matemático.
  • Disminución significativa del rendimiento escolar.
  • Desmotivación, baja autoestima.
  • Cambios de humor, déficit en habilidades sociales o abandono escolar.

Un síntoma es posible que no signifique nada. Dos o más son indicativos de problemas de aprendizaje. Es importante la observación y detección por parte del profesor cuando aprecie un retraso en el aprendizaje del niño con respecto a los demás, ya que cuenta con un “calibrador del nivel de dificultad”, basándose en su propia experiencia y en la comparación con un grupo semejante.

¿Cuál debe ser el papel de los padres?
Deben valorar siempre los pequeños éxitos, animando al niño a confiar en sí mismo y a valorarse. Hay que enseñarles a no desanimarse ante los primeros fracasos, que hay que ser tenaz y buscar alternativas. Y también es muy importante fomentar la lectura desde pequeños: contar cuentos, hacer que los cuenten ellos, animarles cuando lean alguna cosa, etc. Y ayudarles a crear un buen hábito diario de trabajo y estudio.

¿Cuándo acudir a un especialista?
Es fundamental la detección precoz. A la menor sospecha se debe consultar con el especialista adecuado: maestro, profesor, orientador, pediatra, psicólogo, pedagogo, logopeda, optometrista, neurólogo, psiquiatra, etc. Dependiendo de las características de cada caso habrá que recurrir al más adecuado, descartando previamente las dificultades físicas (vista, oído, psicomotricidad), para después pasar a analizar dificultades o trastornos psicológicos, neurológicos, etc.

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