¿Estrés y exámenes?

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Lleva semanas trabajando, haciendo ejercicios, dedicando horas al estudio, se presenta confiado al examen y… se queda en blanco delante de la hoja de papel, o bien los nervios le juegan una mala pasada y es incapaz de responder lo que ayer sí sabía.

¿Le ha pasado a tu hij@? La ansiedad es algo habitual antes de los exámenes, incluso estar nervioso anticipadamente puede ser positivo para “ponerse manos a la obra” y así obtener un rendimiento mayor, aunque en el momento del examen puede influir en la capacidad de concentración y en la memoria.

La importancia de la prueba puede influir en el nivel de ansiedad que genera; se conoce como presión, para que las cosas salgan bien. Estamos más habituados a relacionarlo con médicos, deportistas de alto nivel, artistas conocidos a nivel mundial,… pero le puede pasar a cualquiera.

Esta ansiedad tiene unos síntomas como dolor gastrointestinal, dolor de cabeza, “tener un nudo en la garganta”,… incluso que aparezcan ganas de vomitar o diarrea; cosa que no debemos confundir con que salga mal un examen por tener la cabeza en otro sitio (muerte de un familiar o motivos sentimentales).

Estos síntomas, que afectan tanto al cuerpo como a la mente, son provocados por la liberación de una hormona llamada adrenalina. Las sensaciones pueden llegar a ser muy intensas pero lo normal es que sean leves.

¿Por qué ocurre esto? Centrarse en lo malo que puede pasar es una de las causas que más alimenta estas reacciones del cuerpo y la mente, lo que provocará la incapacidad para concentrarse. Esto es un círculo vicioso: cuántas más cosas malas puedan pasar, más ansiedad se genera, más llena estará la mente de miedos y así aumentarán las posibilidades de fracaso en un examen.

¿A quién le suele pasar esto? Personas que se preocupan demasiado, o perfeccionistas, suelen ser más proclives a este tipo de ansiedad Este tipo de persona acaba estando más pendiente de sí mismo que del examen. También los que no se han preparado el examen (ya sea por no haber estudiado lo suficiente, porque le parezca difícil la materia, no haber dormido bien esa noche…), se pueden obsesionar con el resultado de una mala calificación.

¿Cómo ayudar?

Aciertos:

1.- Hábito de estudio. Animar a estudiar todos los días para que no se produzca el famoso atracón.

2.- Procurar un buen descanso la noche anterior y un buen desayuno previo al examen.

3.- No repasar en los momentos previos al examen.

4.- Beber agua y respirar hondo antes de empezar la prueba.

Errores:

1.- Noches en vela estudiando antes del examen.

2.- Leer todas las preguntas del examen seguidas, mejor ir una a una.

3.- Ponerse en lo peor. Una vez acabado, olvidarse hasta que salga la nota.

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