La educación también en verano


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¡Por fin llegan las merecidas vacaciones!

Llegamos a nuestros destinos, soltamos las maletas y ¿soltamos también a nuestros hijos/as? O si no salimos fuera, decimos: ¡qué hagan lo que quieran, están de vacaciones!

Lo que apetece es desconectar y descansar, pero hay un detalle importante, no se puede desconectar de la familia, sería un acto de egoísmo muy perjudicial para todos los componentes de la misma.

¿Cómo planificar las vacaciones?

  • Conocer a los padres de los amigos de nuestros hijos. Ardua labor sobre todo cuando lo que apetece es desconectar.
  • Amigos. Es un error muy grave confiar en el grupo de amigos/as de la playa, de la sierra, del barrio. ¡Cuántas veces se escucha decir a los padres!: “si van con el grupo de siempre” “si se conocen de toda la vida”, pero no caemos en la cuenta que las personas de un año para otro cambian y pueden ser los amigos de siempre o no. Todas las edades tienen su complejidad, pero realmente la preadolescencia y sobre todo la adolescencia ganan por goleada.
  • Volver a conocer a los amigos de nuestros hijos. Han podido pasar por un trauma familiar, han podido cambiar de amistades (buenas o malas) o simplemente se han hecho más mayores que nuestros hijos y por tanto el plan de ocio es muy distinto al que les conviene.
  • Horarios de llegada. En el verano también hay horarios, evidentemente algo más flexibles, pero nada de horas intempestivas. Se trata de cargar las pilas no de llegar agotado al nuevo curso.
  • Evitar lugares inconvenientes donde sabemos que nos podemos encontrar con situaciones comprometidas, aunque si no es posible porque allí tenemos nuestro lugar de residencia, elegiremos los horarios más adecuados. Por ejemplo, es recomendable ir a primeras horas a la playa.
  • Ocio y tiempo libre. Ojo con las discotecas en verano, (alcohol, drogas), además de un ambiente poco propicio.

Planes de actuación:

Con los amigos y la familia podemos practicar deportes, hacer barbacoas, excursiones, ver películas, juegos de mesa que desarrollen la inteligencia. A nivel personal o individual, una buena lectura, tener tareas en casa, ayudar a los demás en proyectos solidarios, siempre dando preferencia a las situaciones familiares más cercanas,…

No permitamos que nuestros hijos estén “tirados en el sofá” todo el verano, rompe la fortaleza que necesitan para desarrollarse.

El ocio no es hacer nada, sino cambiar de actividad.

¡Feliz verano familia!

 

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