Regalos y celebración de la Primera Comunión

Miguel Gracia Martínez-Caro

Soy padre de tres hijos y profesor de Primaria. También soy orientador familiar y experto en comunicación. Disfruto mucho con mi trabajo y pasando tiempo con mi mujer e hijos.

Seguramente todas aquellos padres cuyos hijos hacen la Primera Comunión próximamente habrán empezado a pensar en la organización y celebración de ese día tan importante en la vida de nuestros hijos. Con este artículo lo que pretendemos es que reflexionemos: lo más normal del mundo es que nos arrastre el día a día y la sociedad loca en la que vivimos. 

El día en que supiste la fecha y hora de la Primera Comunión, ¿qué fue lo primero qué pensaste? Seguramente cosas como… “tengo que reservar el lugar de la celebración”, “tengo que avisar a mis familiares”, “al ser por la mañana podemos hacer un brunch en el jardín”,… ¿Cuántos pensasteis en… ese día mi hijo va a recibir a Jesús por primera vez?

Lo más normal y natural es que pocos o ninguno. Vivimos a toda velocidad y con lo primero que nos quedamos es con lo material. Nuestras mentes tienden a resolver problemas y organizar pero debemos pararnos de vez en cuando a reflexionar y pensar en la importancia de lo que van a hacer nuestros hijos. Ese día va a ser uno de los más importantes de su vida.

¿Y por qué celebramos la Primera Comunión? ¿Por qué regalamos ese día? Pues porque lo que ha hecho nuestro hijo o lo que va a hacer ha sido tan importante que requiere un regalo y una celebración. Nos reunimos toda la familia y amigos para celebrar que por primera vez ha recibido a Jesús y que durante unos minutos ha sido un “Sagrario con patas” con toda la responsabilidad que ello conlleva.

Pero hay que tener cuidado porque tanto la celebración como los regalos pueden eclipsar el verdadero significado de ese día y podemos conseguir que nuestros niños no entiendan bien lo que han hecho. Por eso es bueno insistirles que el verdadero regalo y el más importante que van a recibir ese día es poder recibir a Jesús.

En casi todos los casos “tenemos el enemigo en casa” o dicho de otra manera en nuestra familia y amigos. Es recomendable que nos adelantemos y sentemos las bases para que los regalos sean adecuados, proporcionados y útiles. Y sin olvidar “¿por qué regalamos?” y transmitiéndoselo a nuestros hijos.

Algunos consejos que pueden resultarnos útiles sobre qué regalar:

Regalar cosas religiosas útiles para la edad y momento en la que se encuentra el niño. Por ejemplo una Biblia infantil, un escapulario, un crucifijo que puede llevar ese día durante la ceremonia,…

Desaconsejar encarecidamente que les regalen dispositivos móviles u ordenadores. Hoy en día todos ellos tienen una fácil conexión a internet y puedes conectarte desde cualquier parte de la casa. Podemos estar abriendo las puertas a futuras adicciones y vicios que ahora mismo igual vemos muy lejos pero que pueden comenzar a despertar.

Videojuegos o consolas. Los hay muy buenos e incluso educativos pero también los hay desastrosos para determinadas edades. Nuestros familiares muchas veces van a querer regalar los más vendidos porque son los que mejor situados están en las tiendas y esos generalmente no se encuentran dentro de los recomendados para estas edades. Recordar que por la parte de atrás de la caja del videojuego viene una pegatina con la edad recomendada y con la descripción del contenido. Además la facilidad de juego online de hoy en día es brutal y de interactuar con otras personas sin estar nosotros delante también.

Regalar libros: se puede y no te sientas un bicho raro haciéndolo. Es una muy buena oportunidad para regalarlos y aprovechar que están empezando a tener una buena comprensión lectora para que cojan gusto por la lectura. Podemos preguntar en las librerías que libros son los más recomendados para su edad y nivel pero ¡cuidado! en algunas librerías no tienen referencias morales y en algunas que las tienen cuelan goles importantes… Este es quizá uno de los regalos que más permanece en el tiempo y que más partido va a sacar.

Proponer a nuestro hijo que no haya regalos y que nuestros invitados “donen” el dinero (poniendo una hucha) para algún Proyecto Solidario de nuestra parroquia, barrio, colegio, ONG,… Les ayuda muchísimo y les agranda el corazón no solo a ellos sino a nuestros familiares y amigos que participan.

– Hay algunas familias cuyo único regalo es un viaje familiar un poco más especial: un viaje de esquí, ir a DisneyLand París,… o a la vuelta de la esquina.

Sobriedad en la celebración. Hay que celebrarlo por todo lo alto porque la ocasión lo requiere. Pero no es necesario hacer grandes desembolsos de dinero o consumir todos nuestros ahorros en ello.

Juegos de mesa para toda la familia. No tenerle miedo pues aunque no vayan a ser partidas largas son un buen momento para conocer mejor a nuestros hijos y aprender de ellos y ellos de nosotros.

Por mucha campaña que hagamos siempre puede haber alguien que se desmarque con un regalo poco apropiado o muy ostentoso. No hay que llevarse las manos a la cabeza, simplemente recordarle a nuestro hijo que el regalo más importante de su vida lo ha recibido al comulgar por primera vez y que puede volver a tener ese regalo cada vez que comulgue estando en gracia de Dios.