Cuando regalar menos es más

Entregar regalos, ya sea algo material o sea un pequeño gesto, es un símbolo de cariño y generosidad hacia los demás, y como todo, es algo bueno siempre que no nos vayamos a los extremos. 

De uno de estos dos extremos va a tratar este breve artículo; las consecuencias negativas del exceso de regalos en los pequeños. La tendencia es clara y palpable, les estamos sometiendo a una sobreestimulación al darles continuamente cosas que no esperan, y que muchas veces no necesitan ni les hacen bien. 

Si nuestro objetivo es educar y preparar para la vida real, no hay nada más alejado de ésta, que recibir continuamente sin dar nada a cambio, sin haber tenido que conseguir algo por medio del esfuerzo. 

A estos pequeños les regalamos continuamente desde que se levantan hasta que se acuestan. Los padres suelen hacer continuos esfuerzos y gestos hacia sus hijos. La mesa puesta, el uniforme limpio y planchado, la comida preparada, el tiempo que se les dedica, el esfuerzo económico de lo material (no sólo de una buena educación)… Todo esto no son más que unos pocos ejemplos de lo que los padres hacen por cariño y amor, regalos al fin y al cabo, sin darse cuenta de que, si no le van pidiendo a sus hijos que, progresivamente, y según su madurez, vayan haciéndose cargo de pequeñas responsabilidades en el hogar, acabaran creando un pensamiento en el hijo de que tiene el derecho a recibir continuamente, sin dar nada a cambio ni valorar el esfuerzo que lleva detrás. 

Partiendo de esta base, que viene a decirnos que estos pequeños ya están bastante regalados en el día a día, luego vienen las fechas importantes, tales como los Reyes Magos, el cumpleaños, celebración del santo y eventos especiales como la primera Confesión o Comunión. 

LA REGLA DE LOS CUATRO REGALOS: 

Para la celebración de éstos, exceptuando la Primera Confesión o Comunión, es muy conocida la regla de los cuatro regalos. Una prenda de ropa o similar, un libro de lectura, algo que realmente deseen y algo que realmente necesiten. 

El punto débil de la regla de los cuatro regalos es que, normalmente , toda la familia compite por hacer al niño feliz, juntándose al final con los regalos de los tíos, abuelos, etc. En este caso, lo mejor es organizar estos cuatro regalos entre los familiares, A veces puede haber cierta reticencia por parte de algún familiar, en este caso tendremos que explicarle el porqué de esta decisión. 

A estos familiares se les puede hacer la reflexión de que, el efecto de los regalos es inversamente proporcional al número de regalos recibidos. Es decir, cuantos más regalos se reciben, menos se valoran y agradecen y más vacío producen. Un regalo tiene que servir para hacernos sentir queridos, alegres, afortunados y tener ganas de compartirlo con los demás. Cuando el número de regalos, o el regalo en sí, no va en esta dirección, es cuando nos hemos ido al extremo que comentaba al principio. 

En cuanto a la primera Confesión o Comunión, es importante, como padres, dar ideas y poner límites sobre lo que queremos que nuestros hijos reciban. Es bastante alarmante el incremento de los regalos tecnológicos, tales como móviles o tablets, que pueden originar un problema familiar y que muy probablemente no queramos que reciban a tan temprana edad.

En el caso de que estemos en la situación de regalar en uno de los dos últimos eventos descritos, es importante, (si tenemos alguna duda sobre la idoneidad del regalo), preguntar antes a la familia.

Como sugerencia para trabajar la generosidad, en los últimos años ha aumentado el número de los conocidos como “cumpleaños solidarios”, en los que los niños que lo celebran proponen que, en vez de recibir regalos, los invitados hagan una donación al proyecto solidario elegido, que normalmente coincide con el que se está ayudando en clase o en la familia.

Damián Santos Duque

Estudié Magisterio de Lengua Extranjera en el Centro Universitario Villanueva, donde también terminé el título superior de Neurociencias aplicadas a la Educación. He vivido y trabajado en el extranjero, especialmente en Minnesota, EEUU.
Mis pasiones son la tecnología, la educación y el mundo del motor. Actualmente trabajo en el Colegio de Fomento El Prado, como tutor en los primeros cursos de Primaria, y coordino el departamento de Bilingüismo de 1º a 3º de Primaria.